"Sarhua; Bastión de la resistencia cultural andina"

25 ene 2010

LA RECONSTRUCCION DEL PUENTE INCAICO “TINKUQ CHAKA” ES PARTE DEL RESURGIMIENTO DE LA CULTURA ANDINA.


Por Marino Barrios Mikuylla
El día sábado 16 de enero del presente año se culminó la reconstrucción del puente colgante incaico “Tinkuq Chaka” sobre el río Pampas o Chuschi Mayu, por los comuneros ayllus Qullana y Sawqa del histórico
 pueblo de Sarwa. Amerita un especial reconocimiento la iniciativa del reelecto Alcalde Distrital de Sarwa, el Lic. Rómulo Carhuapoma Huamaní, quien está impulsando eficaz y dinámicamente la reivindicación histórica de nuestras raíces culturales del mundo andino. “Sarwa: Bastión de la Resistencia Cultural Indígena”, lema que orgullosamente los sarhuinos enarbolan ante la opinión pública de la región ayacuchana.
Por otro lado merece destacar la trayectoria del amauta Salvador Palomino Flores, quien ha sido el pionero y precursor de la revaloración de nuestra cultura andina en esta parte del Perú profundo, puesto que hace más de 40 años atrás emprendió sus investigaciones antropológicas en Sarwa y Manchiri. Desde aquel entonces el amauta Palomino se compenetró con la cultura andina local y se convirtió en hijo predilecto de Sarwa. Como fruto de ese esfuerzo denodado en la actualidad nuestra cultura andina está recomponiéndose para expandirse irreversiblemente a los cuatro suyos de la otrora gran civilización incaica.
Retomando la acertada gestión del Lic. Carhuapoma, haciendo honor al significado de su apellido incásico (Qarwapuma: Puma Dorado), este honorable burgomaestre y sus Regidores han sustituido extraordinariamente la denominación de la integridad de las calles del histórico pueblo de Sarwa. Es decir, ahora la totalidad de las calles de Sarwa tienen nombres en runasimi. En consecuencia este acto merece un reconocimiento y digno de seguir el ejemplo en otros pueblos originarios históricos como Chuschi, Quispillaqta, Vinchos (Ayacucho), Ocongate, K’ero, K’anas (Cusco). En el Perú contemporáneo ningún Alcalde o Regidor en ninguna capital del distrito o provincia, comunidad o caserío aún no han tomado esta iniciativa, a excepción de Sarwa. Por consiguiente creemos sin temor a equivocarnos que la chispa del resurgimiento y la reestructuración de la cultura andina en el Perú está renaciendo en Sarwa, a través de su arte, su música, su colectivismo, la conservación de los dos ayllus Qullana y Sawqa, la sabiduría ancestral, la vestimenta sarhuina, la reconstrucción del puente incaico “Tinkuq Chaka”, la recuperación originaria del nombre de sus calles, etc.
Frente a estos acontecimientos los andinos o indígenas de convicción aspiramos y soñamos que la utopía andina ya no solamente es un delirio sino es la esperanza del futuro. Creemos que en los albores del siglo XXI, nuestras voces, nuestra cultura, enmudecida por cinco siglos de dominación, ahora empiezan a escucharse en los confines de los cuatro Suyos. Así como el pueblo Palestino luchó y sigue luchando más de 2 mil años por sus territorios varias veces invadidos y ocupados, el pueblo español luchó 800 años contra los moros y las naciones árabes del Medio Oriente vienen reivindicando su cultura y resistiendo a la invasión yanqui. Entonces, después de la resistencia de 478 años (1532-2010) sí es posible el resurgimiento y la restructuración de nuestro pueblo Quechua-Aimara-Amazónico.
¿Es una utopía la reintegración de los pueblos andinos? ¿Nos cuesta mucho pensar en estos términos? Todo es posible, solo que es cuestión de tiempo y que todos nosotros tomemos una conciencia histórica de nuestras raíces ancestrales y su heroica resistencia. Hoy nosotros tenemos el deber moral de mostrar al mundo, nuestra presencia organizada como una alternativa para las sociedades del futuro americano y mundial no solamente como una opción cultural, sino como una opción política, epistémica (aplicar el saber construido metodológicamente y las formas de entender e interpretar el mundo según los ciclos determinados). Mostrar al mundo nuestras luchas por los ideales de la reciprocidad, de justicia, de equidad y de la complementariedad que las sociedades “modernas”, por prejuicio, o desconocimiento rechazan o pretenden desconocer. Pero el temor de pocos es la esperanza de muchos. Las utopías pueden despertar pasiones capaces de arrastrar multitudes, más allá de lo inmediato, “hasta intentar tomar por asalto el cielo o arrebatar el fuego a los dioses”, como decía Alberto Flores Galindo, en su obra “Buscando un Inka”.
Para lograr este gran objetivo la restauración de la cultura andina dentro de las condiciones vigentes del siglo XXI, tenemos que adoptar el espíritu de la ardilla, porque es un trabajo que vale la pena; aplicar el método del castor que consiste en alcanzar la meta a como dé lugar y emplear el don del ganso que expresa en estimular los unos a los otros, sobre todo a aquellos que emprenden grandes sueños u objetivos históricos.
Finalmente quiero expresarles que merece una salutación especial los que honraron con su presencia en el acto protocolar de la reconstrucción del puente incaico “Tinkuq Chaka”, empezando del Alcalde de Sarwa el Lic. Rómulo Carhuapoma Huamaní; el amauta Dr. Salvador Palomino Flores (residente en Dinamarca); el Antrop. Ulpiano Quispe Mejía (Decano de la Facultad de CC.SS de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga); el Econ. Pedro Huamaní Oré (investigador y estudioso de la cultura andina); el hermano Hugo Tacuri Huamaní (Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Perú – CONAIP); la delegación de estudiosos y turistas de Dinamarca, encabezado por la Arq. Susanne Fossgreen; los representantes de la INC, DIRCETUR, los comuneros y varayoq de los ayllus Qullana y Sawqa del pueblo de Sarwa y otros.