De Plan de desarrollo turístico de la región Ayacucho 2004 - 2014 |
Según la concepción tradicional, Ayacucho es una región de pobreza y violencia social, y debido a ello tenemos esa marca regional tan promocionada por la prensa irresponsable; también producto de esa concepción, la respuesta tradicional ha sido siempre proporcionar vaso de leche, comedores populares y obras de infraestructura a la población afectada por la pobreza. Sin embargo, el resultado es siempre el mismo circulo vicioso de pobreza, porque no se está atacando las causas que la generan, sino atendiendo solamente los efectos.
El error consiste en considerar la pobreza como el problema central, expresado en diversos indicadores estadísticos de salud, vivienda, saneamiento, alimentación, etc. Un deficiente planteamiento del problema conduce inevitablemente a equivocadas políticas de acción y desvío de los recursos públicos a proyectos y actividades asistencialistas.
Con obras y vaso de leche no se soluciona la pobreza, sino solamente se mitiga; y peor aún, se promueve la cultura del ocio.
La Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo promueve una concepción diferente, pues considera a Ayacucho como una “región de riquezas no aprovechadas”.
Esta forma de ver Ayacucho de por sí nos indica que la solución de la pobreza está en la adecuada utilización de los recursos disponibles y la construcción de un sistema productivo moderno. Entonces, por deducción lógica se comprende que es necesario reorientar la inversión pública, de la tradicional ejecución de obras y asistencialismo, al aprovechamiento de los recursos naturales, históricos y culturales, y la construcción de un sistema productivo competitivo.
Partimos de la hipótesis de que la pobreza no es el problema central de Ayacucho, sino sólo un efecto, una consecuencia. El problema central es el escaso desarrollo del sistema productivo, que se traduce en un aporte del 0.8 % al PBI nacional. Por lo tanto, puede ser superado solamente con el desarrollo de un sistema productivo moderno y competitivo, en base a nuestras ventajas comparativas. Sin embargo, este proceso será posible solamente cuando la inversión pública se oriente a la formación de recursos humanos calificados, y el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Es decir, requerimos de un cambio radical en la gestión de los recursos públicos.
En muchos discursos retóricos las autoridades y funcionarios han levantado la bandera del turismo, pero en la práctica no han destinado ni un céntimo para la inversión en la actividad turística, y mucho menos en ciencia y tecnología. Por ello no hemos avanzado casi nada en la mejora de la oferta turística en las últimas décadas, mientras que en otras regiones se prioriza la inversión en el sector turismo y se viene creando nuevos e interesantes destinos turísticos.
Por ello, a fin de contribuir al desarrollo regional, la DIRCETUR se complace en presentar a la comunidad ayacuchana el “Plan de Desarrollo Turístico de la Región Ayacucho”, el cual demuestra que Ayacucho no es pobre, sino que es rico en recursos naturales e históricos. Lo que sucede es que no se está aprovechando este enorme potencial para crear atractivos que hagan posible un mayor flujo de turistas a la región…